Cocinas amistosas: cocinas para recibir, cocinas para reunir

Cocinas amistosas: cocinas para recibir, cocinas para reunir

¿Eres de los que, cuando invitas a cenar, reúnes a los amigos a la cocina?  Mientras terminas de confeccionar el menú, se va reuniendo el grupo, se sirven los aperitivos, se inicia la charla animada…

Seguramente, nuestros abuelos (e incluso nuestros padres) hubiesen desaprobado completamente este proceder porque, hace pocas décadas, la cocina era un espacio reservado para la familia, un área informal y de trabajo que no era digna de miradas ajenas. Entonces se asumía que los invitados, por más confianza que hubiera con ellos, solo pasaban a un área común del hogar, ya fuera la sala de estar o el comedor. La cocina era un reducto ocupado por el servicio doméstico (en las casas más adineradas) o por el ama de casa. Y por supuesto, no se consideraba aceptable que las visitas entraran a ese territorio tan personal y poco preparado para el ojo ajeno.

Pero esta forma de pensar ha cambiado tanto como el modo de vivir en las cocinas, que hoy son el corazón del hogar, el espacio desde el que se bombean buenas vibraciones al resto de la casa.

Por todo ello, para quienes gustan de compartir el vermú, un café, una charla o una larga cena con amigos en la cocina, hay mil propuestas. Las que más usamos nosotros son estas:

  • Cocinas con el comedor integrado. Son perfectas cuando nos encontramos con metros cuadrados abundantes, grupos familiares grandes y la buena costumbre de compartir comidas y cenas.
  • Cocinas abiertas. Resultan una excelente fórmula para aprovechar el espacio. Nosotros hemos abordado reformas en las que, tirando algún tabique se logran soluciones espaciosas visualmente: cocinas abiertas al salón, a un patio, al jardín… ¡incluso a un pasillo! (estas últimas son tan sorprendentes como exitosas).
  • Cocinas con barra. Los mostradores que tanto nos gustan en los bares, cuando los usamos en entornos domésticos permiten separar ambientes y lograr que una cocina abierta esté perfectamente delimitada. Además, son ideales para desayunar, para compartir un aperitivo o un café y, por supuesto, para amparar confidencias.
  • Cocinas abiertas y cerradas, según el momento. Lo podemos lograr con paneles deslizantes, con puertas correderas (las que son acristaladas dan mucho juego) o hasta con una cortina.

Hoy, recibir a los amigos en la cocina significa otorgarles nuestra confianza y cuidarlos aún más que si estuvieran en el salón. Por eso, nosotros no renunciamos a cierta etiqueta en esos casos, a una mesa colocada con un toque de lujo, a la mejor vajilla. Todo lo imprescindible para poder disfrutar del placer de compartir la comida, la conversación, la vida.