Hay muchas Mallorcas dentro de la isla de Mallorca. Está la que encuentran los turistas jóvenes, alocados y con ganas de borrachera. Está la isla invernal, la de los amantes del jazz y las artes plásticas. También la isla que sabe a naturaleza y que tiene más del 40 por ciento de su territorio natural protegido. A nosotros nos entusiasma ─y nos inspira y nos sorprende a pesar de las muchas visitas─ la isla que ofrece su máxima expresión en la simplicidad. La simplicidad en su arquitectura, en su forma de vida, en sus gustos.
La simplicidad como gusto por lo bueno de la vida
Hace mucho que viajamos a Mallorca cuando tenemos ocasión y que pasamos algunas vacaciones allí. Y, año tras año, seguimos descubriendo sus hermosas calas y sus arenales increíbles, sus gentes acogedoras y sus senderos. También esa arquitectura exquisita y constantemente renovada que se refleja en villas particulares y en hoteles, en la restauración de antiguos espacios rurales y en la recuperación de viviendas de pueblo.
En Mallorca podemos encontrar mil formas diferentes de interpretar la tradición, mil maneras de trabajar con los efectos encalados y con la piedra (protagonista indiscutible dentro de la isla), con las líneas simples que se asoman al horizonte y con el protagonismo de los materiales. Sobre todos estos elementos vemos, una obra tras otra, cómo se articula la mejor arquitectura de vanguardia.
La inspiración está fuera del edificio
Sin embargo, el elemento más valioso de estos diseños no está solo en su forma de interpretar la tradición, sino en su capacidad para ceder el protagonismo a lo mejor de la isla: la luz y el mar. Porque las mejores edificaciones son las que trabajan para que ambos elementos se sumen a ellas.
Cada viaje a Mallorca es una oportunidad para inspirarnos en este modo de entender los espacios; sabiendo que, lo mejor de un buen diseño no siempre está en los elementos que se incorporan al mismo, sino en los efectos que consigue, ya sea provocar confortables reuniones familiares o sentir la proximidad del Mediterráneo.