Durante décadas, las legumbres se comían en nuestro país prácticamente a diario. Pero, desde que abrazamos la modernidad y el mercado europeo, su consumo ha ido decayendo década tras década… hasta ahora que comienzan a recuperarse. Una recuperación que aplaudimos en SobreCocinas: ya sabéis nuestro amor por todo lo que es auténtico y, al mismo tiempo, permite ser revisado incansablemente.
Para nosotros, esta es una de las enormes ventajas de las legumbres: que, como las mejores cocinas, estos alimentos tienen capacidad para ser de hoy y de siempre; pueden seguir siendo protagonistas en un guiso contundente de invierno o convertirse en el ingrediente central de las ensaladas más veraniegas e imaginativas.
Versiones clásicas y lecturas modernas
Los guisos contundentes están siendo revisados por los mejores cocineros. Conscientes de que este tipo de cocina se practica menos en casa por el tiempo que exige, restaurantes de todas las categorías las incluyen en sus cartas en versiones modernizadas. Así podemos encontrar desde fabada con faisán y lentejas con foie hasta las versiones modernizadas (y aligeradas) del clásico cocido madrileño.
Pero también se han convertido en reinas de platos fríos en forma de ensalada. Y se han transformado en cremas o purés. Se pueden acompañar de verduras y hortalizas si estamos entre amigos vegetarianos; o de mariscos y pescados para quienes adoran (adoramos) el mar. También pueden tomar como patés o como salsas. Ahora también se usan como guarniciones y se investigan nuevas texturas crujientes y apetitosas. Sí, las legumbres se están poniendo de moda.
Tapear con legumbres
Por si todo esto no fuera suficiente, queda aún el recurso (recién descubierto por nosotros) de tapear con legumbres. ¿Cómo? Por supuesto en forma de hummus de todos los colores, empanadillas fritas o al horno rellenas de legumbres, albóndigas y croquetas, tortillas… Ah y para los amantes de los sabores exóticos y recuperados tenemos dos recomendaciones: los garbanzos tostados (perfectos para un maratón de series) y los guisantes igualmente tostados, pero con el toque singular del rábano picante.
Con todo ello puede que te den ganas de cocinar o, simplemente, de acercarte a la cocina para servirte un aperitivo. Sea como sea: ¡disfruta de la experiencia!